miércoles, 18 de marzo de 2015

El terror de Sexto "B"

Una obra de Yolanda Reyes




FRIDA. Narra cómo sufre Santiago al llegar nuevamente al salón de clases y hallarse con la aburrida idea, interminable a través de los años, de realizar una composición escrita de sus vacaciones. Escribe que se enamoró de una niña sueca llamada Frida y el sufrimiento que genera recordarla y no tenerla cerca. Sin embargo, en último instante despierta frente a la realidad y muestra al profesor la misma composición que siempre ha mostrado: “En mis vacaciones no hice nada especial. No Salí a ninguna parte, me quedé en casa, ordené el cuarto, jugué fútbol, leí muchos libros, monté bicicleta, etcétera, etcétera”. 

EL DIA QUE NO HUBO CLASE. Cuenta como Juan Guillermo va posponiendo la realización de su actividad escolar con la simple disculpa “la hago después” Así transcurre el fin de semana atormentado por no realizar las obligaciones estudiantiles. Llega el lunes y no hay clase como una recompensa circunstancial a su irresponsabilidad.

UN ARBOL TERMINANTEMENTE PROHIBIDO. Masticar chicle está literalmente prohibido en el manual de convivencia por ser el enemigo número uno de los profesores. Sin embargo, los alumnos de Quinto A rompen las normas y se dedican en desproporcionada e insólito deseo reprimido de masticar chicle y enterrar los residuos en el jardín de la escuela. De esta falta nace el árbol más alto del universo, ocasionando el desorden académico y administrativo en el plantel. Y para colmo de los males, es un árbol de chicle que generará goma para todos los alumnos de la Institución. 

EL TERROR DE SEXTO B. El alumno Sergio Hernández, el cual tiene conducta condicional, es llevado a rectoría por no realizar la tarea de inglés en repetidas ocasiones. En el camino al lugar de juicio decide hacerle una broma a Porki. Se mete en el salón de materiales didácticos, agarra un esqueleto con cuerda y lo asoma a la ventana y como una “marioneta macabra” lo hace participar en la clase desde su escondite. El profesor, después de haber leído las aventuras de Tom and Mary, pregunta a los alumnos: ¿Quién no entendió algo? Sergio aprovecha para alzar la mano esquelética por la ventana. Porki al ver la mano se enmudece y comienza a derramar sudor por todo su cuerpo, pierde el control y se retira del salón sin dejar ninguna actividad para el día siguiente, lo cual fue de mucha sorpresa para los alumnos. El profesor, que estuvo a punto de perder la vida por tremendo susto, más nunca volvió. 

MARTES A LA QUINTA HORA O LA CLASE DE GIMNASIA. Torturas a la personalidad por ser la niña gorda del curso y sentir el desprecio imaginario de sus compañeros al vestir el uniforme de educación física, el cual la hacía ver su figura desproporcionada. La llegada de la hora a clase la hacía sentir intensos dolores de estómago, usar cuello ortopédico y llegar al extremo de romperse el brazo para no asistir a clase de educación física. Pero en una hora cualquier de las miles sufridas, Juana dijo basta ya. Entonces, más nunca recibió las órdenes del profesor que la hostigaba para hacerla rendir más allá de sus capacidades.

SABER PERDER. Federico Nieto, deportista, se prepara rigurosamente para alcanzar el título nacional de natación. Ha estado así desde que la vida le cambio por haber ganado medalla de bronce. Nadie lo tenía en cuenta, pero desde que ganó todos los han mirado de otra manera. Ejemplo, Natalia. Por tal motivo se había preparado intensamente. Estaba seguro que ganaría, pero quedó en segundo lugar. Esto lo enojó mucho y no quiso saber de nadie. A pesar, Natalia lo esperaba a la salida para brindarle apoyo en su soledad.

UN AMOR DEMASIADO GRANDE. Federico se enamora como loco y no halla la manera de trasmitir su amor directamente o “poner la cara”. Él sólo la seguía con su mirada, con su pensamiento y todas las noches se iba tarde de su ventana. Fue tanto su enamoramiento que empezó a perder siete materias y quebrantarse la salud. Tenía el problema que no se expresaba bien y por tal motivo espió a las parejas de enamorados para copiar los diálogos. Llenó un cuaderno, pero nunca tuvo las agallas de practicarlos con ella. Fue cuando tuvo la grandiosa idea de hacer un pasacalle gigante y escribir “Te amo Juanita”. En el intento de poner el pasacalle a media noche para que nadie lo vea, es sorprendido por la policía que lo confunde con un ladrón. Mauricio cuenta todo su sufrimiento. El superior de la policía lo comprende y ordena a sus subalternos a realizar la tarea del detenido -

                            

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